Hoy voy a aprovechar para cerrar el ciclo de Necromundas alternativas con esa vuelta al Arca de los Dioses que va a convertir al artefacto en que llegan al mundo de juego, en una mazmorra gigantesca. Pero para empezar, voy a recordar que pretendía con las Necromundas alternativas y de que iba el Arca de los Dioses. Las Necromundas alternativas consisten imaginar el esquema de enfrentamientos de bandas en otros contextos, con posibles cambios en las reglas para reflejar un tipo de juego distinto. La Arca de los Dioses es un esbozo de trasfondo para una campaña rolera que tiene como semilla Cita con Rama, pero que deriva muy rápido en un entorno medieval donde lo mágico aparece de una forma bastante brusca. De la unión de ambos conceptos tenemos una enorme mazmorra, que va a ser explorada, estudiada y saqueada por grupos de distintas nacionalidades. Nos vamos al periodo del trasfondo de la Arca de los Dioses en que esta arca se ha precipitado en el desierto y las distintas naciones acaban de enviar a sus patrullas de exploración e investigación para determinar de que se trata y si pueden beneficiarse del mismo, de alguna forma.
Una partida tipo de Cilindromunda consiste en la exploración de un nuevo nivel, por parte de las distintas bandas implicadas, intentando identificar y estudiar el contenido del mismo, con el objeto de llevarse todo lo que pueda ser interesante. Mientras se enfrentan al resto de bandas, se roban los recursos y se enfrentan a las medidas de seguridad. Aunque inicialmente una forma muy sencilla de representarlo todo es con escenografía CiFi (de Star Saga, por ejemplo) sobre tiles de aspecto metálico y tecnológico (como los de la actual versión de Necromunda), un toque un poco más alienígena puede ser más interesante (aunque requerirá preparar material). En concreto tengo en mente un material similar al hueso espectral eldar, con refuerzos de algún material metálico. Todo con un cierto diseño vivo (puertas con formas de rostro, grúas con formas de brazo, drones que se asimilen a ojos…) que lo acerque un poco a lo orgánicamente demoníaco o gigeriano, especialmente colando algunas interfases blanditas y viscosas. Y donde gemas y cristales sirvan de almacenamiento de energía e información, convirtiéndolas incluso en ordenadores e IAs para el control de los sistemas. Hay que tener en cuenta que cada nuevo nivel es una sección diferente de la nave y que, aunque no es necesario tenerlo todo previsto de antemano, sí que lo es tener un control del punto en el que los exploradores entran, y como se va definiendo el cilindro según se explora. Que tiene sentido que se vayan encontrando, que es lógico que haya en que niveles, cuando deben aparecer según que niveles… de hecho, el libro de misiones debería dividirse en cubiertas, y estas ir apareciendo siguiendo unas directrices que ayuden a dar forma a la nave con cierta coherencia.